IONES EN REPOLARIZACIÓN DE
MEMBRANA. FISIOLOGÍA DE LA MEMBRANA
Una
alta concentración intracelular de ión sodio resulta tóxica para las células,
por lo cual éstas deben expulsarlo nuevamente al exterior. Como la membrana
neuronal es impermeable a este ión, esta expulsión representa un trabajo, es
decir se requiere gasto de energía. esta energía es suministrada por un proceso
denominado bomba de sodio-potasio, la cual insume ATP (energía química proveniente de
la respiración celular)
FISIOLOGIA
CELULAR
La
célula, en tanto que unidad funcional de los seres vivos, está capacitada para
llevar a cabo las funciones características de éstos, a saber, nutrición,
reproducción y relación. Dicho de otro modo, las funciones que caracterizan a
los seres vivos también tienen su contrapartida a nivel celular. La Fisiología
celular se ocupa del estudio de estas funciones.
1.-FUNCIONES DE NUTRICIÓN.
La
nutrición es un conjunto de procesos mediante los cuales las células manipulan
eficazmente la materia y la energía que extraen de su entorno y las emplean
para edificar y mantener sus propias e intrincadas estructuras. La nutrición
celular se lleva a cabo en varias fases, cada una de las cuales incluye a su
vez diferentes procesos:
a)
Incorporación de los nutrientes.- Se lleva a cabo mediante diferentes
modalidades de transporte a través de las membranas que, en función del tamaño
molecular de las sustancias incorporadas, puede ir precedido o no por un
proceso de endocitosis.
b)
Preparación de los nutrientes para su utilización.- Algunas sustancias de
elevado peso molecular no pueden ser utilizadas directamente por las células y
deben sufrir un proceso previo de digestión, que las transforma en otras más
simples que sí pueden ser asimiladas.
c)
Utilización de los nutrientes.- Las células utilizan los nutrientes que
incorporan de su entorno para construir y mantener sus propias estructuras y
para obtener la energía que necesitan para llevar a cabo diferentes procesos
celulares. Todo ello lo consiguen mediante una compleja red de reacciones
químicas catalizadas por enzimas que globalmente recibe el nombre de
metabolismo. Dada la gran complejidad del metabolismo se pospondrá su estudio
para capítulos posteriores.
d)
Eliminación de los productos de desecho.- Las sustancias que una vez
incorporadas no resultan asimilables por la célula tras el proceso de digestión
son expulsadas al medio extracelular, generalmente por exocitosis. Por otra
parte, los productos finales del metabolismo también son excretados fuera de la
célula mediante transporte a través de la membrana.
1.1.-TRANSPORTE
A TRAVÉS DE LAS MEMBRANAS.
La
membrana plasmática constituye la frontera física de la célula, por lo que
todas las sustancias que hayan de entrar o salir de la misma deberán de un modo
u otro atravesar esta barrera. Por otra parte, el interior de la célula y el
medio extracelular difieren en su composición química, por lo que la membrana
plasmática deberá ejercer un riguroso control sobre los moléculas que la
atraviesan con el objeto de mantener en los niveles adecuados las
concentraciones de los diferentes solutos a ambos lados de la misma.
El
paso de sustancias a través de la membrana plasmática se rige por las leyes de
la difusión. En general, cuando dos compartimentos acuosos que contienen
disoluciones de diferente concentración están separados por un tabique o
división permeable, el soluto se 2 desplazará por difusión simple atravesando
el tabique desde el compartimento de concentración más elevada al de
concentración más reducida hasta que las concentraciones de ambos
compartimentos se igualen. Este comportamiento de los solutos está de acuerdo
con las leyes termodinámicas: las moléculas o iones del soluto tienden
espontáneamente a adoptar la distribución más aleatoria, es decir, la de mayor
entropía.
En
los organismos vivos, la difusión simple de sustancias entre la célula y el medio
extracelular se encuentra limitada debido a que la membrana plasmática presenta
una permeabilidad selectiva, es decir, permite el paso de determinadas
sustancias e impide el de otras. Analizaremos a continuación la permeabilidad
de la membrana plasmática frente a diferentes tipos de solutos y los distintos
mecanismos que permiten a éstos atravesarla.
El
principal factor determinante de la permeabilidad de la membrana plasmática es
la bicapa lipídica que constituye su fase continua. En el interior de esta
bicapa hay una zona de carácter marcadamente apolar constituida por las colas
hidrocarbonadas de los lípidos de membrana. Toda molécula que haya de ser
transportada a través de la membrana deberá de un modo u otro atravesar esta
zona. Por ello, la membrana plasmática resulta en general muy permeable para
moléculas de carácter apolar mientras que, en principio, resulta virtualmente
impermeable para moléculas polares o con carga neta. Sin embargo, las moléculas
polares o cargadas sí pueden atravesar la membrana, aunque para ello deben
contar con la ayuda de otros componentes de la mis ma como son distintos tipos de
proteínas transmembrana. Se distinguen, en función de los requerimientos
energéticos que presentan, dos modalidades principales de transporte a través
de las membranas: el transporte pasivo y el transporte activo.
a)
Transporte pasivo.- En esta modalidad de transporte las sustancias atraviesan
la membrana plasmática a favor de gradiente de concentración, es decir, desde
el lado de la membrana en el que la sustancia se halla a concentración más
elevada hacia el lado en el que dicha concentración es más reducida. Cuando se
trata de iones o sustancias cargadas, además del gradiente de concentración,
interviene el gradiente eléctrico a través de la membrana (potencial de
membrana), que vendrá dado por la cantidad y el signo (+ o -) de las cargas
eléctricas a ambos lados de la misma. En este caso, el transporte tendrá lugar
a favor de gradiente electroquímico (suma vectorial de los gradientes eléctrico
y de concentración). El transporte pasivo es un proceso espontáneo, transcurre
de acuerdo con las leyes de la difusión antes citadas y, por lo tanto, no
implica ningún consumo de energía. En función de la naturaleza polar o apolar
de los diferentes tipos de sustancias que atraviesan la membrana mediante
transporte pasivo, éste puede tener lugar por difusión simple o por difusión
facilitada.
-
Difusión simple.- Las sustancias orgánicas de naturaleza apolar difunden
fácilmente a través de la bicapa lipídica a favor de gradiente de
concentración; para ellas, el entorno apolar definido por las colas
hidrocarbonadas de los lípidos de membrana no supone ninguna barrera
infranqueable. Los gases de importancia biológica, tales como el O2 y el CO2,
gracias a su escasa o nula polaridad y a su pequeño tamaño, también difunden
con facilidad a través de la bicapa lipídica El agua, gracias a su pequeño
tamaño molecular, también atraviesa la membrana por difusión simple a través de
la bicapa lipídica a pesar de ser una sustancia polar; también lo hacen otras
sustancias polares de pequeño tamaño tales como el etanol o la urea. La
dirección del flujo de agua a través de la membrana viene determinada por la
tendencia de la célula a alcanzar el equilibrio osmótico con su entorno.
-
Difusión facilitada.-La bicapa lipídica de la membrana plasmática resulta
impermeable para todas las sustancias polares o iónicas de tamaño molecular
intermedio, tales como aminoácidos, monosacáridos o nucleótidos. Este tipo de
sustancias constituye el grueso del tráfico molecular a través de la membrana,
por lo que debe existir algún mecanismo que les permita franquearla; este
mecanismo es la difusión facilitada. La difusión facilitada requiere de la
concurrencia de unas proteínas de membrana específicas denominadas proteínas
transportadoras o permeasas. La relación entre las permeasas y las 4 moléculas
por ellas transportadas es de la misma naturaleza que la que existe entre un
enzima y su sustrato, es decir, la molécula transportada es el ligando específico
de una determinada permeasa. La molécula transportada se acopla al centro
activo de la permeasa e induce en ella un cambio conformacional que lleva a
dicha molécula al lado contrario de la membrana, produciéndose entonces su
liberación y la consiguiente recuperación por parte de la permeasa de su
conformación original. En las membranas celulares existen centenares de
permeasas diferentes cada una de las cuales es específica para una sustancia
determinada.
Además
de las permeasas existen en la membrana otras proteínas transportadoras,
denominadas canales iónicos, que permiten el paso de iones monoatómicos de
tamaño y carga determinados. Estos canales iónicos pueden abrirse o cerrarse
como respuesta bien a su interacción con un ligando específico (canales
regulados por ligando) o bien a un cambio en el potencial de membrana (canales
regulados por voltaje).
Es
conveniente resaltar el hecho de que por difusión facilitada no se puede
acumular un determinado soluto en el interior de la célula a concentraciones
superiores a las presentes en el medio extracelular, es decir, no se puede
crear por difusión facilitada un gradiente de concentración. La difusión
facilitada únicamente consigue que las concentraciones del soluto a ambos lados
de la membrana se igualen más rápidamente de lo que lo harían en ausencia de
este mecanismo.
b)
Transporte activo.- En esta modalidad de transporte las sustancias atraviesan
la membrana plasmática en contra de un gradiente de concentración, o bien, si
se trata de sustancias con carga eléctrica, en contra de un gradiente
electroquímico. En este caso, la dirección del transporte es contraria a la que
predicen las leyes termodinámicas, es decir, se opone a la tendencia natural a
que se alcancen por difusión idénticas concentraciones a ambos lados de la
membrana. Por ello, el transporte activo no es un proceso espontáneo, sino que
requiere energía metabólica que debe ser aportada por la hidrólisis del ATP
(molécula que las células utilizan universalmente para almacenar y transportar
energía química).
El
transporte activo también necesita de la concurrencia de unas proteínas
transportadoras específicas que se suelen denominar bombas. Estas proteínas
transportadoras funcionan de manera análoga a como lo hacen las permeasas,
pero, adicionalmente, tienen la capacidad de catalizar la hidrólisis del ATP,
de la cual obtienen la energía química necesaria para realizar el transporte en
contra de gradiente electroquímico. Por transporte activo pueden atravesar la
membrana plasmática los mismos tipos de sustancias que lo hacen por difusión
facilitada, es decir, moléculas o iones que debido a su polaridad o a su tamaño
no pueden atravesar la bicapa lipídica por difusión simple. Sin embargo, el
transporte activo, a diferencia de la difusión facilitada, sí puede acumular
solutos en el interior de la célula a concentraciones superiores a las que
estos presentan en el medio extracelular, es decir, sí puede generar un
gradiente electroquímico a través de la membrana, aunque para ello sea
necesario un cierto consumo de energía metabólica.
Entre
los sistemas de transporte activo destaca, por estar presente en un gran número
de células, la bomba de Na+-K+. La mayoría de las células animales mantienen en
su interior una elevada concentración de K+ y una baja concentración de Na+ con
respecto al medio extracelular. Estas diferencias de concentración entre la
célula y su medio se generan mediante la actividad de una proteína
transportadora situada en la membrana plasmática, la bomba de Na+-K+, que
bombea simultáneamente tres iones Na+ hacia el exterior y dos iones K +hacia el
interior con la hidrólisis acoplada de ATP. Además de dar lugar a los
respectivos gradientes de concentración de los iones sodio y potasio, la bomba
Na+-K+ genera, al bombear más cargas positivas hacia el exterior que hacia el
interior, una diferencia de potencial eléctrico a través de la membrana,
haciendo que el interior de la célula sea negativo con respecto al exterior.
Esta diferencia de potencial, denominada potencial de membrana, confiere a las
células animales una excitabilidad eléctrica que resulta esencial para la
transmisión del impulso nervioso. Existe una variante del transporte activo,
denominada transporte activo secundario, en la que la energía necesaria para
bombear un soluto contra gradiente de concentración no proviene directamente de
la hidrólisis del ATP, sino que es proporcionada por un gradiente
electroquímico establecido previamente. Este gradiente electroquímico se forma
mediante transporte activo de iones que sí depende de la hidrólisis del ATP.
Una vez formado, el regreso a favor de gradiente ("cuesta abajo") de
los iones previamente bombeados proporciona a la proteína transportadora la
energía necesaria para bombear el soluto en contra de su propio gradiente. En esta
modalidad de transporte activo son pues necesarias dos proteínas
transportadoras: una encargada de bombear iones por transporte activo primario
(dependiente de ATP), y otra que utiliza la energía del gradiente
electroquímico así creado para transportar el soluto por transporte activo
secundario.
Las
distintas modalidades de transporte que hemos analizado permiten el paso de
diferentes tipos de sustancias a través de la membrana plasmática tanto desde
el medio extracelular hacia el citosol como en sentido inverso. En
consecuencia, el transporte de sustancias a través de la membrana puede ser
utilizado por las células tanto para incorporar los nutrientes que necesitan
como para eliminar los productos de desecho de su propio metabolismo, procesos
7 ambos implicados en las funciones de nutrición celular
Por
otra parte, los procesos de transporte a través de la membrana plasmática no
sólo están relacionados con las funciones de nutrición celular, sino con otras
funciones más especializadas que realizan algunos tipos celulares. Por ejemplo,
para que tenga lugar la transmisión del impulso nervioso, es necesario que
exista una diferencia de potencial eléctrico a ambos lados de la membrana
neuronal; esta diferencia de potencial se establece mediante transporte activo
de iones a través de dicha membrana por acción de la bomba Na+-K+. Las neuronas
invierten un elevado porcentaje (hasta un 70%) de su energía metabólica en
llevar a cabo este tipo de transporte. La discusión precedente se ha centrado,
dado el importante papel que este proceso desempeña en el contexto de las
funciones de nutrición celular, en el transporte de sustancias a través de la
membrana plasmática. Es necesario recordar, sin embargo, que la célula
eucariota posee un extenso sistema de membranas internas que delimitan
diferentes compartimentos intracelulares. Cada compartimento presenta una
composición química característica, diferente de la del citosol circundante,
que se mantiene constante gracias a la permeabilidad selectiva que ejercen las
membranas que los limitan sobre los diferentes tipos de sustancias. Los
procesos de transporte a través de estas membranas, análogos a los que se han
descrito para la membrana plasmática, son los responsables de regular el
tráfico intracelular de sustancias entre diferentes compartimentos, permitiendo
así el que éstos puedan mantener su individualidad química y funcional.
1.2.-ENDOCITOSIS
Y EXOCITOSIS.
Algunos
tipos de células necesitan incorporar el alimento en forma de macromoléculas,
partículas de tamaño supramolecular o incluso células enteras. También puede
resultar necesario para algunas células expulsar al medio extracelular diversas
partículas de tamaño macromolecular o superior como son los productos de
secreción (proteínas, polisacáridos, etc.) o los productos de deshecho, no
utilizables por la célula, que resultan de algunos procesos celulares. Debido a
su elevado tamaño, ninguna de estas partículas puede atravesar la membrana
plasmática; las diferentes modalidades de transporte que hemos estudiado resultan
útiles para que puedan atravesar la membrana partículas de tamaño molecular
bajo o intermedio (agua, gases, iones monoatómicos, monosacáridos, disacáridos,
aminoácidos, etc.), pero para partículas del tamaño de las macromoléculas o
tamaños superiores la membrana plasmática constituye una barrera virtualmente
infranqueable. Por todo ello, es necesario que la célula disponga de mecanismos
para incorporar o expulsar partículas de gran tamaño que no pueden atravesar la
membrana plasmática. Estos mecanismos son la endocitosis y la exocitosis. Ambos
procesos, en realidad, no son más que una manifestación de lo que hemos llamado
anteriormente flujo de membrana. La endocitosis consiste en un invaginación de
una región de la membrana plasmática que posteriormente se estrangula para dar
lugar a una vesícula intracelular. De este modo, la célula incorpora,
englobándolas en el interior de esta vesícula, partículas procedentes del medio
extracelular. Existen dos modalidades de endocitosis en función del tamaño de las
partículas incorporadas:
a)
Pinocitosis.- Consiste en la incorporación, en forma de pequeñas vesículas, de
partículas de pequeño tamaño (incluidas las macromoléculas) que se encuentran
en disolución. La inmensa mayoría de las células tienen la capacidad de
incorporar por este procedimiento distintos tipos de sustancias. La deformación
de la membrana plasmática que acompaña a los procesos de endocitosis está
controlada por una proteína del citosol, denominada clatrina, que se polimeriza
para formar un revestimiento de aspecto reticular, el cual atrae hacia su
interior a la porción de membrana que dará lugar a la vesícula. El
revestimiento de clatrina se elimina una vez dicha vesícula se separa de la
membrana por estrangulamiento. Algunos procesos de pinocitosis están mediados
por receptores específicos de naturaleza proteica que se encuentran en la
membrana celular; estos receptores fijan de manera específica sobre la membrana
a determinadas macromoléculas, que a continuación son incorporadas en forma de
vesículas pinocíticas; de este modo la célula puede incorporar macromoléculas
específicas que se encuentran en pequeñas cantidades en el medio extracelular
sin tener que acompañarlas de una gran cantidad de líquido. La pinocitosis
mediada por receptores específicos es el procedimiento por el que penetran en
la célula determinadas hormonas, el colesterol, e incluso virus y algunas
toxinas de origen bacteriano.
b)
Fagocitosis.- Consiste en la incorporación, en forma de grandes vesículas
denominadas fagosomas, de partículas de tamaño superior al de las
macromoléculas, que se encuentran en suspensión en el medio extracelular. De
este modo, la célula puede incorporar una gran variedad de partículas de tamaño
variado: complejos supramoleculares u orgánulos procedentes de células muertas
en descomposición, e incluso células enteras. Sólo algunos tipos celulares
tienen la capacidad de fagocitar; entre ellos destacan algunos protozoos que se
alimentan de partículas orgánicas en suspensión y algunos leucocitos que fagocitan
a los microorganismos invasores con el objeto de eliminarlos.
Es
conveniente reflexionar sobre el hecho de que las partículas que la célula
ingiere por endocitosis todavía no se han incorporado a la maquinaria celular
de una manera efectiva, sino que han sido meramente englobadas dentro de una
vesícula junto con una porción del medio extracelular. Para que esta
incorporación tenga lugar las partículas alimenticias han de ser primero
degradadas en el proceso de digestión celular. Los productos de esta degradación
pueden a continuación incorporarse al citosol atravesando para ello la membrana
de la vesícula mediante diferentes procesos de transporte a través de dicha
membrana como los que se han descrito con anterioridad.
La
exocitosis es un proceso inverso al de endocitosis, en el que una vesícula
intracelular se aproxima a la membrana plasmática fundiéndose con ella de
manera que el contenido de dicha vesícula es vertido al medio extracelular. Por
exocitosis la célula puede expulsar los restos del proceso de digestión celular
que no le resultan útiles y también los productos de secreción procedentes del
aparato de Golgi en forma de vesículas secretoras. Los procesos de endocitosis
y exocitosis implican desprendimientos o fusiones de fragmentos de la membrana
plasmática. Es necesario por lo tanto que exista un equilibrio entre ambos
procesos para que la superficie de dicha membrana, y con ella el volumen
celular, permanezcan constantes.
1.3.-DIGESTIÓN
CELULAR.
Las
partículas alimenticias que la célula incorpora mediante endocitosis no
resultan directamente asimilables por ella. En primer lugar, estas partículas
no pueden atravesar, debido a su gran tamaño, la membrana de la vesícula en la
que se encuentran confinadas. En segundo lugar, aunque pudieran atravesar dicha
membrana, las sustancias de que se componen estas partículas, por ser ajenas a
la célula, no podrían formar parte de su maquinaria bioquímica, y no le
resultarían por lo tanto de ninguna utilidad. Para que estas sustancias puedan
incorporarse a la célula de una manera efectiva deben ser primero degradadas en
un proceso que se denomina digestión celular.
La
digestión celular consiste en una serie de reacciones de hidrólisis,
catalizadas enzimáticamente, en las que se rompen los enlaces covalentes que
mantienen unidos a los diferentes sillares estructurales constituyentes de las
macromoléculas. De este modo se rompen los enlaces glucosídicos de los
polisacáridos y oligosacáridos liberándose los correspondientes monosacáridos,
los enlaces peptídicos de las proteínas liberándose los correspondientes
aminoácidos, los enlaces éster de los lípidos liberándose la glicerina y los
ácidos grasos, y los enlaces éster-fosfato de los ácidos nucleicos liberándose
los correspondientes nucleótidos. Así pues, la digestión celular es un proceso
en el que diversas sustancias de tamaño molecular elevado y estructura compleja
(macromoléculas) son degradadas y transformadas en otras de menor tamaño y
estructura más simple (sillares estructurales) que resultan fácilmente asimilables
por la célula.
Los
enzimas que catalizan las mencionadas reacciones de hidrólisis pertenecen a la
clase de las hidrolasas ácidas, y se encuentran albergados en los lisosomas,
que son los orgánulos responsables de la digestión celular. Existen distintos
tipos de hidrolasas cada uno de los cuales está especializado en catalizar la
hidrólisis de un determinado tipo de enlace. En función del lugar en que se
lleva a cabo se distinguen dos modalidades de digestión celular: la digestión
extracelular, que se lleva a cabo fuera de la célula, y la digestión
intracelular, que se lleva a cabo en el interior de la misma.
a)
Digestión extracelular.- El alimento, siempre de procedencia externa, no
necesita ser previamente incorporado por endocitosis sino que permanece en el
medio extracelular. Los lisosomasse aproximan a la membrana plasmática y, por
exocitosis, vierten a dicho medio su contenido en enzimas hidrolíticos, los
cuales pueden ahora actuar directamente sobre las partículas alimenticias y
liberar las unidades monoméricas que forman parte de los diferentes tipos de
macromoléculas que las constituyen. Los productos de la digestión pueden a
continuación incorporarse directamente al citosol mediante diferentes
modalidades de transporte a través de la membrana plasmática.
La
digestión extracelular presenta el inconveniente de que, por encontrarse las
partículas alimenticias más dispersas de lo que lo están cuando se encuentran
confinadas en el interior de una vesícula, la acción de los enzimas
hidrolíticos sobre ellas puede resultar poco efectiva (muchas moléculas de
enzima "no encontrarían" a su sustrato). Es por ello que este tipo de
digestión se da sobre todo en organismos pluricelulares que disponen de una
cavidad interior (el tubo digestivo en los animales superiores) en la que se
concentra el alimento con el objeto de poder ser atacado con mayor eficacia por
los enzimas digestivos.
b)
Digestión intracelular.- El alimento se encuentra confinado en el interior de
una vesícula membranosa intracelular en cuyo interior tiene lugar el proceso de
digestión. La digestión intracelular puede ser heterofágica, si el contenido de
esta vesícula es de procedencia extracelular, o autofágica, si es de
procedencia intracelular.
-
Digestión intracelular heterofágica.- El alimento, de procedencia extracelular,
es incorporado previamente por endocitosis y se encuentra confinado dentro de
una vesícula endocítica también denominada vacuola alimenticia o fagosoma. Un
lisosoma procedente del aparato de Golgi se aproxima a dicha vesícula
fundiéndose las membranas de ambos y dando lugar a un solo compartimento
denominado vacuola digestiva, dentro de la cual los enzimas hidrolíticos pueden
actuar sobre las partículas alimenticias. Una vez estas partículas han sido
degradadas y liberadas las correspondientes unidades monoméricas, éstas pueden
atravesar la membrana de la vacuola digestiva e incorporarse de manera efectiva
al citosol de la célula; el paso de estas sustancias a través de la membrana de
la vacuola se realiza mediante las diferentes modalidades de transporte que
hemos estudiado. Los restos de sustancias que no han podido ser degradadas o
que no resultan asimilables por la célula permanecen en el interior de la
vacuola, denominada ahora vacuola fecal, y son expulsados al medio extracelular
por exocitosis.
-
Digestión intracelular autofágica.- En esta modalidad, el alimento es de
procedencia intracelular, y consiste en determinadas estructuras de la propia
célula (mitocondrias, porciones del retículo endoplasmático, sáculas del aparato
de Golgi, etc.) que, bien porque se encuentran envejecidas o deterioradas, o
simplemente porque resultan innecesarias en un momento dado, deben ser
eliminadas. Por ejemplo, en las células hepáticas se destruye una mitocondria
cada 15 minutos aproximadamente. En la digestión intracelular autofágica no es
necesario ningún proceso previo de endocitosis; en lugar de ello, las membranas
de una determinada zona del retículo endoplasmático liso engloban al orgánulo
que ha de ser eliminado constituyendo una vacuola autofágica o autofagosoma. A
continuación, un lisosoma procedente del aparato de Golgi se funde con esta
vacuola dando lugar a una vacuola digestiva autofágica. El resto de las etapas
de la digestión transcurren de manera análoga a como lo hacen en la digestión
intracelular heterofágica. Las sustancias no asimilables o que no han podido
ser digeridas también son expulsadas de la célula por exocitosis.
1.4.-CONSIDERACIÓN
FINAL SOBRE LAS FUNCIONES DE NUTRICIÓN.
Es
conveniente resaltar el hecho de que la nutrición de una célula dada no
necesariamente implica la puesta en juego de todos y cada uno de los procesos
que se han descrito en los apartados anteriores. Cada tipo celular pone en
práctica todos o sólo algunos de estos procesos en función de sus propias
capacidades para llevarlos a cabo y de la naturaleza de los nutrientes que se
encuentran disponibles en el medio extracelular. Como regla general, las
células que viven en medios ricos en nutrientes sencillos, fácilmente
asimilables, los incorporan directamente a su metabolismo mediante transporte a
través de las membranas y expulsan del mismo modo los productos de desecho de
la actividad celular, mientras que si el alimento disponible es de naturaleza
más compleja (macromoléculas o partículas supramoleculares) las células deberán
recurrir a una secuencia de procesos más completa que generalmente incluirá
endocitosis, digestión intracelular, transporte y exocitosis, o bien
simplemente digestión extracelular y transporte. Además, muchas células tienen
la capacidad de adaptarse a las condiciones cambiantes de su entorno alterando
la secuencia de procesos que llevan a cabo para garantizar su propia nutrición.
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